Economía

Navalny, símbolo de resistencia

Alexei Navalny, el principal opositor de Vladimir Putin que había regresado a Rusia después de sobrevivir a un intento de envenenamiento, murió súbitamente hace pocos días en una cárcel de al...

Alexei Navalny, el principal opositor de Vladimir Putin que había regresado a Rusia después de sobrevivir a un intento de envenenamiento, murió súbitamente hace pocos días en una cárcel de alta seguridad al norte del Círculo Polar Ártico. Según el comunicado del servicio penitenciario federal ruso, Navalnyde solo 47 años, se sintió mal después de un paseo y casi inmediatamente perdió el conocimiento. Las medidas de reanimación efectuadas no dieron resultado y las causas de la muerte aún no se han establecido, concluyó el sorpresivo comunicado.

La noticia de su muerte viene a confirmar que ya no es posible desafiar al régimen dictatorial de Putin desde dentro: Navalny puso en rídiculo incluso a la propia KGB. Este deceso sigue confirmando la decadencia del Estado ruso. Cuanto más se concentra el poder en un gobierno unipersonal, más se convierten Putin y sus obsesiones, caprichos y resentimientos, en el rostro de la propia Rusia. Con ingenio, humor y creatividad, Navalny había sabido encarnar la frustración de sus connacionales en el combate a la corrupción y el enriquecimiento de quienes aprovecharon la batalla contra el comunismo para ganar poder y dinero.

El destino de Navalny estuvo signado desde el momento en que se convirtió en el más firme opositor del dictador Putin. Durante 20 años el activista luchó contra el que consideraba un régimen criminal y corrupto, que estaba haciendo de Rusia un Estado feudal, y empleó nuevos métodos para hacer llegar sus investigaciones a un público lo más amplio posible, especialmente Internet, sobre todo a través de su canal de YouTube.

La muerte de Navalny se produce mientras Putin se encamina hacia un quinto mandato que nadie duda que lo llevará hasta 2030. Las elecciones presidenciales de marzo próximo serán una parodia. Boris Nadezhdin, el único candidato que se oponía a la guerra de Putin contra Ucrania, no ha podido presentarse, y la manipulada votación enviará un mensaje a los rusos y al mundo: el pueblo ruso apoya a Putin y la guerra contra Ucrania.

Navalny pasará a la historia como un heroico símbolo del riesgo de ser opositor en tiempos de la Rusia de Vladimir Putin. Su muerte dejó a la oposición rusa sin su líder más visible y prominente, sumiendo a muchos en la incertidumbre sobre el futuro de un país en el que casi todos los opositores al régimen terminan extrañamente muertos, desaparecidos, entre rejas o exiliados.

Líderes de todo el mundo hicieron responsable al gobierno de Putin por el repentino deceso de su máximo opositor. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, consideró que el “régimen ruso es el único responsable” por la muerte de Navalny. Por su parte, el presidente de Letonia, Edgars Rinkēvičs, fue tajante y no dejó lugar a dudas sobre lo que cree que sucedió: “Fue brutalmente asesinado por el Kremlin”.

Por otro lado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró que Rusia tiene “preguntas muy serias que responder” por la muerte de Navalny y también exigió a Moscú esclarecer todos los hechos sobre lo sucedido. Desde la Casa Blanca se hizo saber que la larga y sórdida historia del Kremlin de dañar a sus oponentes plantea preguntas reales y obvias sobre lo que pasó. El presidente Joe Biden no dudó en afirmar que “Putin es responsable de la muerte de Navalny”.

El líder opositor encarnaba el sacrificio de quienes luchan por la libertad en Rusia. De allí la necesidad de que la comunidad internacional atienda el llamamiento de su mujer: la represión del Estado ruso no puede quedar impune. La amenaza que Putin supone para Occidente exige unidad y firmeza en defensa de los principios en los que cristalizan las democracias liberales.

Cientos de ciudadanos rusos ganaron las calles para honrar la memoria del fallecido líder opositor a pesar de que la Fiscalía de Moscú advirtió que estaba prohibida cualquier manifestación. Más de 400 terminaron detenidos en distintas ciudades mientras el régimen aún priva a su familia de su cuerpo.

La muerte de Navalny parece un mensaje dirigido a todo aquel que busque enfrentar la autocracia impuesta por Putin. Además de condenar y exigir que se aclaren las circunstancias en las que sucedió su muerte cuando estaba bajo potestad del Estado, las democracias del mundo deben unirse y alzar la voz contra lo que sin duda es una amenaza para la libertad y la paz mundial.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/navalny-simbolo-de-resistencia-nid21022024/

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