Economía

Patricia Bullrich cree que los controles le quitan fuerza a la marcha piquetera y pone la mira en el accionar de la Ciudad

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se mostró hiperactiva en el inicio de una jornada crucial para el gobierno de Javier Milei. Es que el presidente no solo se alista para presentar por c...

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se mostró hiperactiva en el inicio de una jornada crucial para el gobierno de Javier Milei. Es que el presidente no solo se alista para presentar por cadena nacional el megadecreto con el que pretende desregularizar la economía, sino que pondrá a prueba el duro protocolo de actuación de las fuerzas federales para evitar cortes de calles en la primera manifestación piquetera convocada por organizaciones sociales y de izquierda en el centro porteño para conmemorar las 39 muertes por la represión durante la crisis de 2001.

A sabiendas de que la nueva doctrina de la Casa Rosada para impedir piquetes enfrenta un test de fuego, Bullrich monitoreó desde temprano el estricto operativo que desplegaron efectivos de la Policía Federal, la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval en los accesos a la Capital y las estaciones de trenes, donde se confiscan palos u otros elementos contundentes y se requisa vehículos o se controla documentación, para lograr un efecto disuasivo y desalentar la concurrencia de manifestantes a la protesta. De hecho, la ministra estuvo apenas unos minutos en la reunión de Gabinete en la Casa Rosada, donde explicó los lineamientos generales del operativo, sin detalles técnicos, y se recluyó en el departamento central de la Policía Federal ubicado en la calle Moreno, a pocos metros de la Avenida 9 de Julio. Allí, grabó un video institucional donde se exhibe en el centro de monitoreo y recibió al Presidente para informarlo sobre el estado de situación en la previa de la marcha. También asistió Sandra Pettovello (Capital Humano). “Estamos dando una batalla cultural”, alentó Bullrich a sus colaboradores.

En la cúpula de la cartera de Bullrich intuyen que la campaña de comunicación del Gobierno (“el que corta no cobra”) y los fuertes controles en los ingresos a la ciudad de Buenos Aires y las autopistas o estaciones ferroviarias le quitaron fuerza a la convocatoria de Unidad Piquetera y agrupaciones de izquierda. “Estamos logrando una disuasión con todo el aparato”, señalan. En el equipo de Bullrich sospechan que las organizaciones sociales apostaron por ingresar a la Capital desde provincia en transporte público y no en micros. “Decidieron el modelo ‘hormiga’ por los controles en los puentes, pero después tienen que reunir a los manifestantes”, celebran.

Bullrich ordenó extremar los controles en las zonas de jurisdicción federal, ya sea accesos, autopistas o edificios públicos, como el Congreso y la Plaza de Mayo. Frente a la Casa Rosada, la Casa Militar dispuso un vallado preventivo. Allí terminará la marcha piquetera de esta tarde.

Hasta las 13.30, las fuerzas federales solo habían retenido dos colectivos en infracción. Uno fue demorado por efectivos de la Gendarmería Nacional en la Panamericana a la altura del Escuadrón Vial Noroeste. Ordenaron bajar a los ocupantes que, según el reporte oficial, eran manifestantes. Fuentes de Seguridad indicaron que el colectivo no estaba habilitado para transportar pasajeros.

“Mucha gente no va a venir porque tiene miedo de perder el plan”, dicen cerca de Bullrich. En la Casa Rosada argumentan que pudieron evidenciar el modelo “extorsivo” de las organizaciones sociales con la habilitación de la línea telefónica 134, donde los beneficiaros de asistencia pueden denunciar si son obligados a participar de las marchas por los encargados de tomar asistencia en las cooperativas de trabajo. Según informó el Gobierno, ya recibieron unas 8760 denuncias. Seguridad subrayó en un comunicado que 660 del total fueron catalogadas como relevantes.

El nuevo protocolo de Bullrich solo puede ser aplicado en los territorios que están bajo jurisdicción federal, por lo que el operativo de esta tarde estará al mando del gobierno de Jorge Macri. Las fuerzas federales solo entrarán en acción si la Policía de la Ciudad se ve desbordada y hay un requerimiento formal de las autoridades porteñas a Bullrich.

Diferencias con Jorge Macri

En ese marco, la ministra mira con atención el accionar a Waldo Wolff, su par porteño, y Diego Kravetz, número dos en el Ministerio de Seguridad de la Ciudad, con quienes ya hubo diferencias respecto del manejo del operativo o del momento político para presentar la nueva doctrina antipiquetes.

Wolff y Kravetz decidieron no adherir al protocolo de Bullrich y optaron por su propio procedimiento para evitar cortes. Dispusieron el despliegue de unos 2000 efectivos para controlar la manifestación y acordaron con las organizaciones sociales dos nuevos puntos de concentración: la Avenida Belgrano y Diagonal Sur y Avenida Diagonal Norte y Maipú. “La movilización hacia Plaza de Mayo, desde ambos puntos de encuentro, se realizará sin que los manifestantes puedan cortar el tránsito y con el ordenamiento del Gobierno de la Ciudad”, informaron.

El Ejecutivo porteño insistió en que no permitirá bloqueos y que los manifestantes no podrán circular con “el rostro cubierto de manera intimidatoria” ni “portar palos o elementos contundentes” o movilizar niños. Los dirigentes piqueteros, como Eduardo Belliboni (Partido Obrero), redoblaron la apuesta: dijeron que marcharán “por la calle” y acusaron a Bullrich de “provocar” a los manifestantes con los estrictos controles. Es una incógnita si la Ciudad habilitará un carril o solo permitirá que se movilicen por la vereda. “Queremos ver cómo intervienen ellos. Las fuerzas federales están actuando con ánimo”, deslizan cerca de Bullrich.

En los últimos días Bullrich intentó copar la agenda mediática del Gobierno con los temas de seguridad. Mientras la clase media diluye el golpe del ajuste fiscal que dispuso Milei para reordenar la economía y frenar la crisis inflacionaria, la Casa Rosada puso el foco en la batalla con los piqueteros por el control de la calle. En ese contexto, la titular de Pro asumió un fuerte protagonismo. En las últimas horas celebró que el juez de instrucción Gustavo Pierretti haya rechazado el hábeas corpus “preventivo y colectivo” que este martes presentaron el Partido Obrero y el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) para pedir que “se deje sin efecto de manera inmediata” el protocolo de orden público.

Pese a que agrupaciones sociales, políticas y organismos vinculados a los DD.HH. consideran que el protocolo criminaliza la protesta, los asesores de Bullrich defienden el nuevo procedimiento de actuación de las fuerzas federales. Argumentan que no incluye novedades en términos de derechos, obligaciones y prohibiciones. Y consideran que no afecta el derecho a protestar y que los efectivos tienen la obligación de intervenir ante un delito flagrante como el bloqueo de rutas o calles, que está tipificado en el artículo 194 del Código Penal.

Repiten, además, que los efectivos actuarán hasta despejar “totalmente” el espacio de circulación y que, para llevar adelante las medidas, emplearán la “fuerza necesaria y suficiente, que será graduada en proporción a la resistencia de los manifestantes”. Emplearán armas no letales para despejar y “la concentración de personas o colocación de vallas u otros obstáculos que incidiesen en la libre circulación de vehículos”.

Esta mañana Bullrich se jactó de que la Gendarmería Nacional intervino para despejar el piquete en el Puente del Movimiento Darío Santillán, en Neuquén. “Estamos preparados. Hay que recuperar el orden”, repiten cerca de la ministra, que se juega una carta fuerte en la jornada de hoy.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/politica/patricia-bullrich-cree-que-los-controles-le-quitan-fuerza-a-la-marcha-piquetera-y-pone-la-mira-en-el-nid20122023/

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