
Reunión clave entre el Gobierno y los gremios para saber si hay paro de colectivos
El sistema de colectivos urbanos metropolitanos está a punto de definir los próximos pasos. Por estas horas, el sindicato de choferes (UTA), representantes de las cámaras empresarias y funcionar...
El sistema de colectivos urbanos metropolitanos está a punto de definir los próximos pasos. Por estas horas, el sindicato de choferes (UTA), representantes de las cámaras empresarias y funcionarios de la Secretaría de Trabajo están reunidos en las oficinas de la cartera para intentar evitar la paralización del servicio.
Siempre que hay una mesa de diálogo, porque hay esperanza de que la disputa atempere. Pero, como en este caso, cuando se trata de dinero, si no aparece una billetera con intenciones de saldar la cuenta, todo parece más difícil. Ese es el corazón del problema en estos momentos: no aparece el pagador.
Las opciones son tres. Desde hace 20 años, cuando empezaron los subsidios, el Gobierno fue el que puso el dinero para todo tipo de aumentos y beneficios de los trabajadores, ya que la tarifa estaba, y está, regulada. Pero ahora, a esa solución se le aplica el axioma preferido del presidente Javier Milei: “No hay plata”.
La segunda opción, sería que el cheque lo firmen los empresarios. Pero ellos aducen, con lógica, que mientras el boleto no remunere toda la actividad y se dependa de las transferencias del Estado, pues ese esquema es inviable. La tercera, mal que le pese al lector, es que el financiamiento de la diferencia salarial planteada la asuma el usuario. ¿Cómo? Con tarifas.
Dicho esto, pues todo parece indicar que el precio del boleto de colectivos seguirá para arriba en los próximos meses para apuntalar los ingresos de las empresas y poder solventar el pago de lo que pretenden los gremios.
El corazón del conflicto está en el sueldo de los trabajadores de la UTA, puntualmente por la redacción del artículo 6 del acuerdo paritario que se firmó allá por los primeros días de febrero. A grandes rasgos, se acordó en enero un sueldo de $737.000, compuesto por un básico inicial de $597.000 más una suma fija no remunerativa que se pagó el 20 de febrero de $140.000. A ese importe se debería sumar un viático por 24 días de $81.960.
Para el sueldo del mes próximo, el básico inicial quedó en $737.000, a lo que se adicionó otra suma fija, que se pagó el 15 de marzo, de $250.000, además de viáticos por $101.160. A mediados del mes pasado, debían volver las reuniones entre gremio y empresarios para acordar los meses subsiguientes.
Eso nunca sucedió y entonces, hoy, cuarto día hábil del mes, que es cuando se paga, volvió sobre la mesa cuál es el sueldo básico, si aquellos $737.000 de febrero o si los que tienen el refuerzo de los $250.000 adicionales. Entonces aparece la cláusula 6. “Las partes asumen el compromiso de reunirse después del 15 de marzo y una vez que hubiera sido publicado el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente al mes de febrero a los fines de determinar el salario del mes de marzo, cuya base de cálculo convenida será de $987.000 como salario básico conformado para el mes de febrero para el personal”, dice el documento.
Y ahí se plantea la cuestión. El gremio dice que no hay dudas, ya que la redacción es clara; los empresarios, que cuando se acuerde se partirá de esa base, pero por ahora esta circunstancia no se dio. Así las cosas, las empresas liquidarán hoy aquel sueldo y no el complementado, por lo que los trabajadores tendrán en el bolsillo menos que el mes pasado.
Esta semana, cuando se cumplió el cuarto día hábil del mes, los empresarios depositaron aquellos $737.000 de sueldo básico. La UTA amagó con un paro a partir de las cero horas del martes, pero la convocatoria a la reunión de hoy generó unas horas de cuarto intermedio.
Ayer, los empresarios se reunieron con el secretario de Transporte, Franco Mogetta. Como siempre, son reuniones amables. El funcionario, un cordobés que no acostumbra a pronunciar una sola palabra de más, les dijo que no hay plata. Nada nuevo. Además, les explicó que el monitoreo de la inflación y la necesidad de que no suba el índice había sido la causa por la cual no se habían acordado las actualizaciones mensuales, algo que el Gobierno podría hacer, ya que ese esquema tarifario está autorizado desde enero, cuando se celebraron las audiencias.
En el Palacio de Hacienda miran con atención la secuencia de aumentos que anunció el gobierno porteño de Jorge Macri para el subte. El cuadro tarifario que propuso el gobierno de Jorge Macri llevaría el pasaje, que cuesta $125 para quienes tengan la SUBE nominalizada, a $574 en abril, $667 en mayo y $757 en junio. Ese es el camino que pretende transitar la Casa Rosada para bajar la dependencia del subsidio que tiene el sistema. En rigor, siempre los servicios que suelen ser sustitutos tienden a equilibrarse, ya que, en su caso, se podría producir un exceso de demanda en uno frente al otro.
Además, se habló de los costos. El cálculo de los subsidios es un sistema que requiere la apreciación de todos los componentes que hacen a la actividad. Se calcula un valor y se liquida por empresa. Según los empresarios, ran parte de los números que se utilizan están desactualizados. En Transporte prometieron revisarlos para fin de mes.
Pero, por más actualización que exista, el valor del boleto actual está lejos del equilibrio. En enero, antes del aumento, llegó a un extremo. Por cada 100 pesos que se costea la actividad, 93 los aportaba el Estado y 7 el boleto. Tras la suba, esa relación quedó en 67 a 33.
Sin ninguna billetera adicional, el conflicto no parece tener una solución cercana. Además, la UTA tiene fuertes presiones internas, ya que la actual conducción de Roberto Fernández, disputa una fuerte interna con Miguel Bustinduy, principal referente de la oposición y apadrinado por Hugo Moyano y por la empresa de transporte de pasajeros DOTA. Las presiones para optar por alguna medida de fuerza son grandes.
El conflicto de hoy no es más que la última expresión de un sistema maltrecho, que no se ha planificado hace poco más de dos décadas. Se podrá encontrar una solución para este mes a la espera de que se recalculen los costos o que aumente la tarifa. Pero lo cierto es que el sistema de transporte en la Argentina perdió sustentabilidad de la mano de los subsidios. Hoy es esta diferencia; mañana podría ser cualquier otra cosa. Hay tres billeteras, y ninguna tiene plata.