
Un estudio advirtió sobre el aumento de los suicidios en mujeres jóvenes en Argentina
Profesionales alertan sobre la falta de redes de apoyo en familia o escuela entre las principales causas de suicidios en jóvenes
Un informe del Observatorio del Desarrollo Humano y Vulnerabilidad de la Universidad Austral alertó sobre las cifras de un fenómeno multicausal, especialmente en chicas menores de 19 años.
El documento “Estudiantes argentinos: un llamado a la prevención en salud mental de adolescentes y jóvenes” advirtió que en 2023, por primera vez en el país, el suicidio se transformó en la principal causa de muerte entre mujeres de 10 a 19 años.
Durante ese año, se registraron 148 suicidios en chicas, por encima de las muertes por enfermedades oncológicas (119) y los accidentes (103).
No obstante, aunque el salto histórico más notorio se dio en las adolescentes, el suicidio sigue afectando más a los varones: en 2023 se registraron 148 casos en mujeres y 238 en hombres en menores de 19 años.
Pero la problemática no solo crece entre adolescentes, en los jóvenes de 20 a 29 años, los suicidios alcanzaron los 1.030 casos en 2023, el registro más alto desde 2017.
El análisis del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral se basó en los últimos datos disponibles del Sistema de Estadísticas de Salud publicadas por el Ministerio de Salud de la Nación a principios de este año, que relevan las causas de fallecimiento de la población argentina hasta 2023.
¿Qué explica el crecimiento sostenido de las cifras en los intentos por quitarse la vida?
“La familia y la escuela son los principales contextos de socialización que influyen en la salud mental de los adolescentes y jóvenes”, señalaron las investigadoras a Infobae.
El análisis del informe no solo muestra estadísticas: plantea la necesidad de comprender el suicidio como un fenómeno multicausal, donde confluyen factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales.
Ante la consulta de Infobae, la doctora en Neurociencias Rocío González, una de las autoras del estudio, enfatizó que en la población infantojuvenil los principales factores de riesgo incluyen:
La ausencia de redes de apoyo en la familia o la escuela, lo que deja a los adolescentes sin recursos afectivos o institucionales para afrontar situaciones de crisis.
Presiones socioculturales que limitan la flexibilidad necesaria para construir una identidad propia, autónoma y saludable.
Problemas de salud mental no atendidos, con presencia de altos índices de depresión, ansiedad y trastornos de conducta que muchas veces quedan sin diagnóstico ni tratamiento.
Dificultades en las transiciones evolutivas, sobre todo en el paso de la adolescencia a la adultez, etapa que exige afrontar demandas académicas, laborales y sociales cada vez más complejas.