
Wall Street resetea ante un triunfo de Massa que le da oxígeno a la continuidad del peronismo
WASHINGTON.- Hasta ayer, Wall Street veía a la elección presidencial en la Argentina como una elección de cambio, no de continuidad. La incógnita era quién lideraba ese cambio, o más bien, qu...
WASHINGTON.- Hasta ayer, Wall Street veía a la elección presidencial en la Argentina como una elección de cambio, no de continuidad. La incógnita era quién lideraba ese cambio, o más bien, qué podía deparar la caja de Pandora de Javier Milei. La sorpresiva remontada de Sergio Massa destrozó –otra vez– todos los análisis. Para los inversores, la Argentina quedó ahora en el peor escenario posible, una nueva realidad reflejada en el desplome de los bonos.
Analistas, bancos y fondos de inversión creen que el ballottage será reñido, pero ven factible una victoria de Massa, y anticipan un mayor deterioro de la economía. La continuidad vuelve a ser un desenlace posible.
“A pesar de desequilibrios macroeconómicos más amplios, los resultados de las recientes elecciones generales han demostrado que ni el deterioro macroeconómico ni los escándalos de corrupción parecen ser factores decisivos para medir el desempeño del oficialismo”, indicó un informe del banco J.P. Morgan. “Demostrando ser competitivo de cara a la segunda vuelta, en las semanas hasta el domingo 19 de noviembre, se espera que el Gobierno siga sacando conejos de la chistera en un intento de salir del paso y evitar una devaluación desordenada”, agregó.
El informe de Diego Pereira apuntaba que más relevante que la economía o los eventuales escándalos será cómo se dividirán los votos de las distintas fuerzas políticas, en particular, los de Patricia Bullrich y Juan Schiaretti. Pereira espera una continuidad de la “política fiscal laxa” que sólo agravará la magnitud de los desequilibrios que deberá enfrentar la próxima administración.
“El poder político de Massa ahora está intacto y el resultado le da fuerza para continuar con las políticas actuales”, coincidía un análisis del banco de inversión brasileño BTG Pactual.
El banco brasileño remarcó en su análisis de la elección que el peronismo hizo la peor elección de su historia como coalición unida, pero de todos modos logró un suficiente caudal de votos “como para ser competitivo en una segunda vuelta”. Ante ese nuevo escenario, los analistas del banco hicieron una pregunta: “¿Debemos tirar la toalla sobre los activos argentinos?”. Su respuesta: “Hemos sido constructivos desde las primarias, bajo la opinión de que un cambio era casi inevitable, pero el resultado de las elecciones generales sugiere que la continuidad aún es bastante posible”.
El banco BNP Paribas eligió describir el ballottage como “una segunda vuelta con tinte peronista”. Si bien la posibilidad de una segunda vuelta entre Massa y Milei estaba en los cálculos de los inversores, un triunfo de Massa –y sobre todo un triunfo de Massa con el margen que logró– era un “cisne negro”. Ese desempeño mucho mejor al esperado le dio a Massa un empujón similar al que gozó Milei después de las primarias.
“El desempeño mejor al esperado del partido peronista en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de la Argentina podría aumentar la probabilidad de que Sergio Massa derrote a Javier Milei en la segunda vuelta”, indicó el informe de BNP. “El resultado de las elecciones sigue abierto, pero las posibilidades de Milei probablemente hayan disminuido al 50% o menos, por debajo de las expectativas del mercado antes de la primera vuelta”, agregó.
El panorama que trazaban los primeros análisis para la economía también apuntaba a una continuidad: más incertidumbre, más presión sobre las cotizaciones paralelas del dólar y más malabares de Massa y su equipo para evitar que se despeguen del dólar oficial, y la posibilidad latente de otro “plan platita” del oficialismo para intentar cerrar una victoria en la segunda vuelta.
El consenso apuntaba también a una continua caída de los plazos fijos, tal como se vio en las últimas semanas, y más presión sobre las reservas. También se esperaba que el gobierno recurriera al swap con el banco central de China para financiar las importaciones. Y una vez terminada la elección, el ajuste inevitable: una devaluación.
“Pensamos que, una vez que se produzca la segunda vuelta, se habrán agotado los medios para evitar una devaluación. Aunque permitirla conllevará un costo político significativo, la alternativa podría ser aún más costosa con la demanda desenfrenada de moneda extranjera, los continuos retiros de depósitos y el acaparamiento de divisas”, resumió el banco HSBC, que anticipa que Massa hará “lo que sea necesario” para evitar una devaluación antes del ballottage.