
Campaña contra la Meningitis: "No se puede concebir que un niño muera de meningitis cuando existen vacunas para prevenirla"
Médicos advierten sobre el bajo índice de vacunación en Argentina.
El 5 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Meningitis, una fecha para tomar conciencia del impacto que tiene la enfermedad en quien la padece. Según un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud ( OMS), una de cada seis personas que contrae Meningitis Bacteriana muere, y una de cada cinco sobrevive con secuelas permanentes.
La meningitis es una infección e hinchazón, conocida como inflamación, del líquido y de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. Estas membranas se denominan meninges.
La meningitis puede ser de origen viral, bacteriano, fúngico o parasitario, y cada tipo afecta a las personas de manera diferente. La forma viral suele ser la más frecuente y, en general, menos grave, mientras que las fúngicas y parasitarias aparecen sobre todo en personas con defensas comprometidas. La meningitis bacteriana, en cambio, es la que representa la mayor amenaza, porque progresa rápidamente y puede dejar secuelas irreversibles o incluso causar la muerte si no se trata a tiempo. Dentro de este grupo, el meningococo (Neisseria meningitidis) es uno de los principales agentes y responsable de la mayoría de los brotes epidémicos.
Los síntomas habituales incluyen fiebre alta repentina, dolor de cabeza intenso, rigidez de cuello, vómitos y somnolencia. En los bebés, los signos pueden ser más difíciles de reconocer y se presentan como irritabilidad, llanto persistente, rechazo a la alimentación o hinchazón de la fontanela, que es la parte blanda de la cabeza. En casos graves de meningococo, la infección puede derivar en sepsis meningocócica, que se manifiesta con manchas violáceas en la piel (petequias) y un deterioro rápido del estado general.
La meningitis puede ser mortal y, aún superando la enfermedad, puede dejar secuelas permanentes, como sordera, dificultades en el aprendizaje, problemas de visión y coordinación, o incluso amputaciones. Todas ellas tienen un impacto profundo en la calidad de vida de los pacientes y en sus familias, tanto en el aspecto social como en el económico.
En Argentina, las coberturas de vacunación muestran niveles por debajo de lo recomendado. La dosis indicada a los 11 años frente al meningococo apenas alcanza una adherencia superior al 60%, y en menores de 1 año, la cobertura promedio no supera el 80%, muy lejos del 95% recomendado para garantizar una adecuada protección comunitaria.
“No se puede concebir que un niño muera de meningitis cuando existen vacunas para prevenirla. La vacunación temprana y el acceso a la inmunización en adolescentes son fundamentales para reducir la transmisión y salvar vidas”, subrayaron especialistas.