
El Ángel Azul: el comedor que alimenta el cuerpo… y también el alma
Azucena Ferreira, referente del comedor social, compartió en Radio Mitre Venado Tuerto una charla íntima y conmovedora sobre la lucha diaria
En un rincón del barrio Alejandro Gutiérrez, en Venado Tuerto, la solidaridad tiene nombre propio: Comedor El Ángel Azul. Allí, Azucena Ferreira y un pequeño grupo de colaboradores sostienen un trabajo diario que va mucho más allá del alimento. "Nosotros no solo damos comida, damos contención, escuchamos, acompañamos. A veces, eso también alimenta", expresó en diálogo con el programa Según cómo se mire, por Radio Mitre Venado Tuerto 100.3.
Azucena contó que comenzaron el año entregando 35 viandas, y hoy superan las 50. A veces 55. Los días de atención son lunes, martes y viernes, aunque sueñan con sumar los jueves. "Queremos agregar otro día porque la necesidad crece, pero somos poquitos y todo lo que usamos sale de lo que hay en casa", dijo, con la sinceridad de quien entrega hasta lo que no tiene.
El comedor está ubicado en Derqui 555, y funciona desde hace 12 años. El equipo también realiza un seguimiento personalizado de cada familia: registran cuántos miembros hay en el hogar, si hay niños, adultos mayores, personas con enfermedades o en situación de desempleo. Así, logran acompañar con alimentos, ropa, calzado o útiles escolares, según las necesidades.
"Nos vamos todos los días llenos de mucho. Es difícil, pero cuando vemos a un padre llegar con su ropa de trabajo, feliz de llevarle un plato de comida a sus hijos, todo vale la pena", compartió Azucena, visiblemente emocionada.
La historia tiene también momentos de tristeza. “A veces los chicos nos dicen que siempre comen arroz o guiso. Y eso nos duele. Por eso tratamos de variar: arroz con pollo, albóndigas con fideos, tallarines con salsa, polenta con chorizo… como cocinamos en casa", explicó.
🌟 Cómo colaborar
Azucena fue clara: no piden dinero, pero sí alimentos no perecederos, ropa, calzado, útiles escolares o elementos de cocina. "Hasta dos cebollas para nosotros son bendición", afirmó.
Los aportes pueden acercarse a Derqui555 o 575, o coordinarse para ser retirados por el equipo.
También están en campaña para conseguir un microondas que les permita calentar porciones para quienes llegan más tarde.
"Lo que Dios nos da, lo devolvemos. Lo que nos siembran, lo sembramos", resumió Azucena, con una fe que se transforma en acción concreta cada día.
Porque en El Ángel Azul no solo se cocina. Se escucha, se abraza, se contiene. Y se enciende la esperanza.